Visión general
La hipervigilancia es un estado de mayor alerta. Si estás en un estado de hipervigilancia, eres extremadamente sensible a tu entorno. Puede hacerte sentir como si estuvieras alerta a cualquier peligro oculto, ya sea de otras personas o del medio ambiente. A menudo, sin embargo, estos peligros no son reales.
La hipervigilancia puede ser un síntoma de afecciones de salud mental, que incluyen:
- trastorno de estrés postraumático (TEPT)
- desórdenes de ansiedad
- esquizofrenia
Todos estos pueden hacer que su cerebro y su cuerpo estén constantemente en alerta máxima. La hipervigilancia puede tener un efecto negativo en su vida. Puede afectar la forma en que interactúa y ve a los demás, o puede fomentar la paranoia.
Síntomas de hipervigilancia.
Hay síntomas físicos, de comportamiento, emocionales y mentales que pueden acompañar a la hipervigilancia:
Síntomas físicos
Los síntomas físicos pueden parecerse a los de la ansiedad. Estos pueden incluir:
- transpiración
- una frecuencia cardíaca rápida
- respiración rápida y superficial
Con el tiempo, este estado constante de alerta puede causar fatiga y agotamiento.
Síntomas de comportamiento
Los síntomas de comportamiento incluyen reflejos bruscos y reacciones rápidas y agresivas a su entorno. Si eres hipervigilante, puedes reaccionar de forma exagerada si escuchas un golpe fuerte o si malinterpretas la declaración de un compañero de trabajo como grosera. Estas reacciones pueden ser violentas u hostiles en un intento percibido de defenderse.
Síntomas emocionales
Los síntomas emocionales de la hipervigilancia pueden ser graves. Estos pueden incluir:
- aumento, ansiedad severa
- temor
- pánico
- preocupante que puede llegar a ser persistente
Puede temer el juicio de otros, o puede juzgar a otros extremadamente severamente. Esto puede convertirse en un pensamiento en blanco y negro en el que encuentras cosas absolutamente correctas o absolutamente incorrectas. También puedes volverte emocionalmente retirado. Puede experimentar cambios de humor o arrebatos de emoción.
Síntomas mentales
Los síntomas mentales de la hipervigilancia pueden incluir paranoia. Esto puede ir acompañado de una racionalización para justificar la hipervigilancia. También puede ser difícil para los que experimentan una hipervigilancia frecuente, como aquellos con trastorno de estrés postraumático, dormir bien.
Síntomas a largo plazo
Si experimenta una hipervigilancia recurrente, puede comenzar a desarrollar conductas para calmar su ansiedad o contrarrestar las amenazas percibidas. Si temes el asalto o el peligro, por ejemplo, puedes comenzar a llevar un arma oculta. Si tiene ansiedad social severa, puede confiar en los sueños diurnos o la no participación en los eventos. Estos síntomas pueden resultar en aislamiento social y relaciones dañadas.
Causas de la hipervigilancia
La hipervigilancia puede ser causada por diferentes condiciones de salud mental:
Ansiedad
La ansiedad es una de las causas más comunes de hipervigilancia. Si tiene un trastorno de ansiedad generalizado, podría ser hipervigilante en situaciones o entornos nuevos con los que no está familiarizado.
Si tiene ansiedad social, puede ser hipervigilante en presencia de otras personas, especialmente personas nuevas o personas en las que no confía.
Trastorno de estrés postraumático
El trastorno de estrés postraumático es otra causa común de hipervigilancia. El trastorno de estrés postraumático puede causar que esté tenso. Puede escanear constantemente el área en busca de amenazas percibidas.
Esquizofrenia
La esquizofrenia también puede causar hipervigilancia. La hipervigilancia puede empeorar otros síntomas de la afección, como paranoia o alucinaciones.
Disparadores comunes
Hay algunos factores desencadenantes comunes que pueden causar o contribuir a episodios de hipervigilancia. Éstos incluyen:
- sentirse atrapado o claustrofóbico
- sentirse abandonado
- escuchar ruidos fuertes (especialmente si son repentinos o están cargados emocionalmente), que pueden incluir gritos, discusiones y explosiones repentinas
- anticipando el dolor, el miedo o el juicio
- sentirse juzgado o inoportuno
- sentir dolor físico
- sintiendo angustia emocional
- ser recordado de traumas pasados
- Estar alrededor de conductas aleatorias, caóticas de otros.
Tratamiento de hipervigilancia
Para tratar la hipervigilancia, su médico determinará la causa subyacente de la afección. El tratamiento puede ser diferente dependiendo de lo que lo esté causando. Es probable que sea referido a un terapeuta o psiquiatra.
Terapia
Terapia cognitivo conductual (TCC): La TCC es a menudo efectiva para ayudar a tratar la ansiedad. En estas sesiones, hablará sobre sus experiencias pasadas, así como sobre sus problemas y temores actuales. Tu terapeuta guiará estas conversaciones. Su terapeuta puede ayudarlo a identificar las causas de su hipervigilancia y cómo tratarla.
Terapia de exposición: La terapia de exposición puede ser útil si tiene trastorno de estrés postraumático. La terapia de exposición le permite enfrentar con seguridad los miedos y los recuerdos del trauma lentamente para que pueda aprender a manejar los flashbacks y la ansiedad.
Desensibilización y reprocesamiento del movimiento ocular (EMDR): EMDR combina la terapia de exposición con movimientos oculares guiados. En última instancia, esto puede cambiar la forma en que reaccionas ante los recuerdos traumáticos.
Medicación
Los casos graves de ansiedad y trastorno de estrés postraumático pueden requerir un tratamiento más intensivo, incluidos los medicamentos recetados. Los medicamentos pueden incluir:
- antidepresivos
- bloqueadores beta
- Medicamentos no adictivos contra la ansiedad, como la buspirona.
La esquizofrenia también se puede tratar con medicamentos, como los antipsicóticos.
Más información: Tratamientos complementarios y alternativos para la esquizofrenia ".
Lidiando con la hipervigilancia
A través de la terapia, puede aprender nuevas formas de lidiar con episodios de hipervigilancia y ansiedad. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar:
- Quédate quieto y respira lento y profundo.
- Búsqueda de evidencia objetiva en una situación antes de reaccionar.
- Pausa antes de reaccionar.
- Reconozca los miedos o las emociones fuertes, pero no se rinda ante ellos.
- Tener en cuenta.
- Establece límites con los demás y contigo mismo.