Visión general
Una persona que tiene incontinencia funcional puede no reconocer que necesita usar el baño. También es posible que no sepan dónde encontrar un inodoro o cómo ubicarse en la mejor posición para ir al baño.
Para muchas personas con incontinencia, la causa raíz es un mal funcionamiento de los sistemas urinario, muscular o neurológico. Sin embargo, este no es el caso de la incontinencia funcional. La incontinencia funcional es causada por barreras físicas o problemas mentales. Hacen difícil que una persona llegue al baño a tiempo.
Síntomas de incontinencia funcional.
Con la incontinencia funcional, una persona pasa la orina antes de ir al baño. La cantidad de orina puede variar. Puede ser solo una fuga, o podría ser todo en la vejiga. La incontinencia funcional en sí misma no debe causar dolor.
La duración de la persistencia de sus síntomas depende en gran medida de la forma en que se pueda controlar su incontinencia y de cómo hacerlo. Para algunas personas, la incontinencia funcional puede ser una condición temporal. Para otros, especialmente aquellos cuya incontinencia es causada por otros problemas a largo plazo, la condición puede necesitar ser administrada indefinidamente.
Causas de la incontinencia funcional.
Las posibles causas de la incontinencia funcional incluyen:
- mala visión
- problemas psicologicos
- Barreras ambientales para el uso del baño.
- Problemas cognitivos, incluyendo formas de demencia, delirio y discapacidades intelectuales.
- Limitaciones neurológicas o musculares, como la artritis.
Las limitaciones musculares, como la artritis, pueden afectar la capacidad de una persona para ir al baño o quitarse la ropa de manera oportuna.
Factores de riesgo para la incontinencia funcional.
Las personas que corren riesgo de sufrir este tipo de incontinencia probablemente tengan otro problema o afección médica. En particular, los adultos mayores son más susceptibles a los factores que pueden conducir a la incontinencia funcional, como enfermedades relacionadas con demencia o afecciones que afectan la movilidad y la destreza.
Las personas pueden experimentar la incontinencia funcional de manera diferente. Por ejemplo, una persona con artritis puede orinar accidentalmente no porque se olvidó de ir o se sorprendió por la necesidad de orinar, sino porque no pudo desabotonarse o desabrocharse la ropa lo suficientemente rápido. Una persona con demencia puede no recordar dónde se encuentra el baño. Es posible que una persona con mala vista no pueda ver lo suficientemente bien como para llegar a tiempo.
Según la Fundación para el cuidado de la urología, del 25 al 33 por ciento de los estadounidenses tratan la incontinencia urinaria de alguna forma. Es más común en las mujeres. La incontinencia también se vuelve más frecuente a medida que las personas envejecen o se someten a cambios corporales, como el embarazo y el parto.
Diagnóstico de incontinencia funcional.
Solicitar la evaluación de un profesional médico es el primer paso para tratar de controlar la incontinencia. Un profesional revisará su historial médico, incluidas las condiciones actuales que tiene y los medicamentos que toma. También es probable que le pregunten por su salud en general. Los temas pueden incluir:
- dieta
- hidratación
- Hábitos de ejercicio
- movilidad general
Es probable que se someta a algunas pruebas de rutina. Un médico puede pedirle que haga algo simple, como cerrar la boca y la nariz mientras respira con dificultad. También pueden realizar un análisis de orina, que los médicos usan para examinar la orina en busca de anomalías.
Un médico puede decidir realizar pruebas menos comunes también. Pueden examinar la fuerza del piso pélvico, la fuerza de la vejiga y las anomalías en el tracto urinario.
También se le puede pedir que lleve un registro diario:
- la ingesta de alimentos
- consumo de agua
- movimientos urinarios e intestinales
- cuando la incontinencia se convierte en un problema
Prevención y tratamiento
No se puede prevenir la incontinencia funcional o las condiciones que la conducen. Sin embargo, puede encontrar alivio al controlar la condición subyacente. Si su incontinencia está ligada a una afección a largo plazo, el tratamiento puede ser una cuestión de un mejor manejo de los síntomas.
También hay una variedad de cosas que pueden ayudar con el control de la vejiga. Por ejemplo, el ejercicio regular puede ayudar. Intenta conseguir 30 minutos de caminata por día.
Además, diríjase al baño tan pronto como sienta ganas de ir. También debe programar viajes regulares al baño. También se debe alentar a cualquier persona con problemas cognitivos a que intente ir al baño en un horario regular.
Las personas que tienen problemas para ver el inodoro pueden beneficiarse de la instalación de luces adicionales en el baño de su hogar y del uso de una linterna en su llavero para cuando estén fuera de la casa.
Los ejercicios del piso pélvico también pueden ayudar a las personas que tienen problemas para llegar al baño a tiempo. Reducir el consumo de alcohol y bebidas con cafeína también puede reducir la frecuencia con la que necesita usar el baño.
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