Cómo proteger a su adolescente en edad universitaria de la meningitis

Artículos solo con fines educativos. No automedicarse. Para todas las preguntas relacionadas con la definición de la enfermedad y los métodos de tratamiento, comuníquese con su médico. Nuestro sitio no es responsable de las consecuencias causadas por el uso de la información publicada en el portal.

Con la temporada de regreso a la escuela en marcha, es probable que lea sobre el riesgo de meningitis entre los estudiantes universitarios. Si bien se han producido brotes de la enfermedad, es posible evitar la meningitis. Siga leyendo para aprender sobre las formas en que puede ayudar a proteger a su adolescente de la meningitis antes de ir a la universidad.

1. Aprender los hechos.

En pocas palabras, la meningitis se refiere a la hinchazón de las membranas protectoras de la médula espinal y el cerebro. Es a menudo el resultado de un virus. Desafortunadamente, no existe una cura o medida de tratamiento para los virus que causan la meningitis. La condición puede tardar tres semanas o más en resolverse y recuperarse por completo.

La meningitis infecciosa también puede ser causada por parásitos, hongos o infecciones bacterianas. Este último es el más común en los estudiantes universitarios y el más preocupante. Se necesitan antibióticos y atención médica inmediata para tratar la meningitis bacteriana para prevenir complicaciones en el cerebro y la médula espinal.

La meningitis recibe mucha atención entre los estudiantes universitarios debido a la forma en que se propaga la enfermedad. Es altamente contagioso a través de las secreciones respiratorias y la saliva y puede propagarse rápidamente en lugares cercanos.

2. Conocer los síntomas.

También es importante educar a usted y a su adolescente sobre los síntomas de la meningitis. Su hijo adolescente puede vigilar los síntomas en otros y mantenerse alejado de las personas que podrían tener la bacteria. También les ayudará a saber qué cuidar cuando se trata de su salud.

Los síntomas incluyen:

  • inicio repentino de fiebre alta
  • dolor de cabeza intenso
  • rigidez en el cuello
  • sensibilidad a la luz
  • náuseas o vómitos
  • Erupciones cutáneas planas en brazos y piernas.
  • fatiga excesiva
  • pérdida de apetito
  • dificultades con la concentración
  • convulsiones

3. Discutir las medidas de seguridad en áreas comunes.

La meningitis se propaga rápidamente en las áreas comunes: esta es la razón por la cual la enfermedad a menudo se asocia con estudiantes universitarios. Entre la vida en el dormitorio, las clases y las reuniones, su adolescente estará con los demás con bastante frecuencia.

En lugar de recomendar a su hijo que evite grupos de personas, puede animarlos a usar las siguientes medidas de seguridad:

  • Lávese las manos con frecuencia (especialmente antes de comer).
  • No compartas tazas, botellas, o utensilios.
  • Cúbrase la boca si tiene que toser o estornudar.
  • Lleve su propia comida a la configuración de grupo, en lugar de compartir comidas estilo buffet.
  • Evite ambientes donde las personas estén fumando.

4. Fomentar las medidas de autocuidado.

Como padre, acostumbrarse a tener un hijo que vive lejos de casa puede ser una transición difícil. Recuerde que su hijo también está lidiando con el estrés. No solo tienen que preocuparse por el trabajo escolar y las calificaciones, sino que también están administrando un trabajo, una pasantía u otros programas extracurriculares.

La vida de un estudiante universitario es agotadora. Además de vacunar a su hijo adolescente, debe alentarlo a invertir en cuidados personales cuando no está en la escuela. Si su hijo está abrumado y con exceso de trabajo, pídale que tome un descanso de su rutina diaria caminando, meditando u otra actividad para reducir el estrés que disfrute. Además, fomente el sueño adecuado y mantener una dieta equilibrada. Aliviar el estrés puede aumentar la inmunidad y ayudar a protegerse contra enfermedades contagiosas como la meningitis.

5. Vacúnate

En última instancia, la mejor manera de proteger a su adolescente de la meningitis bacteriana es asegurarse de vacunarse antes de ir a la universidad. Hay dos tipos de vacunas contra la meningitis disponibles en los Estados Unidos: ACWY meningocócica y meningocócica B.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y la Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) recomiendan actualmente que se administre la ACWY meningocócica de dos dosis a todos los niños cuando tengan entre 10 y 11 años, con una vacuna de refuerzo entre 15 y 16 años. años.

La vacuna contra el meningococo B puede administrarse a cualquier adolescente con riesgo de meningitis, pero actualmente los CDC no la recomiendan habitualmente.

El meningococo B es un tipo de bacteria mucho menos común, pero se ha asociado con ciertos brotes recientes de meningitis. La vacuna contra el meningococo B se administra mejor entre los 16 y los 18 años de edad, aunque los adultos jóvenes hasta los 23 años pueden considerar la posibilidad de recibirla, según la AAP.

Obtener la vacuna contra la meningitis no protege a su hijo contra la meningitis viral. Sin embargo, las vacunas infantiles adecuadas protegen a su hijo de otras causas bacterianas de la meningitis, como Neumonía estreptocócica (Vacuna PCV13) y Haemophilus influenza tipo B (vacuna Hib).

Hable con el médico de su hijo sobre las vacunas contra la meningitis y si su adolescente necesita una dosis de refuerzo. Mantenerse al día con estas vacunas es la medida preventiva más eficaz contra la meningitis bacteriana, que es potencialmente mortal.

La comida para llevar

Si sospecha que su hijo tiene meningitis, es fundamental actuar con rapidez. Cuanto antes se trate la infección, mayor será la posibilidad de una recuperación menos complicada.