Si te gusta la carne y la cerveza, una dieta que efectivamente los elimine puede parecer aburrida. Pero una dieta baja en purina puede ser útil si recientemente ha recibido un diagnóstico de gota, cálculos renales o un trastorno digestivo. También puede ser útil si simplemente está buscando formas de evitar dicho diagnóstico en su próximo viaje al médico.
Cualquiera sea la razón, aquí hay algunos consejos para seguir una dieta baja en purina.
1. Comprender qué es la purina.
La purina por sí misma no es el problema. La purina se produce naturalmente en su cuerpo y también se encuentra en ciertos alimentos. El problema es que las purinas se descomponen en ácido úrico, que puede formar cristales que se depositan en las articulaciones y causan dolor e inflamación. Este dolor en las articulaciones se conoce como gota o ataque de gota.
Un tercio del ácido úrico que produce su cuerpo se debe a la descomposición de las purinas que obtiene de los alimentos y las bebidas. Si comes muchos alimentos pesados en purina, tu cuerpo tiene un nivel más alto de ácido úrico. Demasiado ácido úrico puede provocar trastornos como la gota o cálculos renales.
2. Decide si la dieta baja en purinas es para ti
Según la Clínica Mayo, una dieta con bajo contenido de purinas es ideal para cualquier persona que necesite ayuda para controlar la gota o los cálculos renales. También alienta a comer alimentos como frutas y verduras en lugar de carnes grasosas. Por lo tanto, una dieta baja en purinas puede ser útil incluso si no tiene un trastorno y solo quiere comer de manera más saludable.
Un estudio con cerca de 4.500 personas mostró que seguir una dieta mediterránea se asociaba con un menor riesgo de desarrollar ácido úrico alto. Esto puede deberse a las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes presentes en este tipo de dieta.
3. Disfruta de comidas sanas sin malas consecuencias.
En realidad, hay muchos alimentos que puede comer si está siguiendo una dieta baja en purinas. Los buenos alimentos para comer incluyen pan, cereales y pasta. Se recomiendan especialmente las opciones de granos enteros. Otros alimentos en el menú incluyen:
- Leche baja en grasa, yogur y queso.
- café
- huevos
- frutas y verduras enteras
- papas
- nueces
4. Elegir vino en lugar de cerveza.
La cerveza es una bebida con alto contenido de purinas que, según investigaciones recientes, tiene una correlación directa con el aumento de la producción de ácido úrico debido a su levadura.
El mismo estudio reveló, sin embargo, que el vino no afecta la cantidad de ácido úrico que produce su cuerpo. Pequeñas cantidades pueden incluso tener un efecto positivo en su sistema. Así que en su próxima cena o salida nocturna, puede ser conveniente elegir vino en lugar de cerveza.
5. Tomar un descanso de las sardinas.
Los alimentos con alto contenido de purina para evitar incluyen:
- tocino
- hígado
- sardinas y anchoas
- guisantes y frijoles secos
- harina de avena
Las verduras que tienen un alto contenido de purina incluyen coliflor, espinacas y champiñones. Sin embargo, estos no parecen aumentar la producción de ácido úrico tanto como los otros alimentos.
6. Bebe mucha agua.
El ácido úrico pasa a través de su cuerpo a través de su orina. Si no bebe mucha agua, puede aumentar la acumulación de ácido úrico en su cuerpo. Según la National Kidney Foundation, puede reducir su riesgo de gota y cálculos renales si bebe ocho vasos de agua o más al día.
7. ¡Diviértete un poco!
Estar en una dieta baja en purinas no tiene por qué ser una carga. Según un estudio realizado en Grecia en 2013, las dietas mediterráneas son excelentes para reducir el ácido úrico en su cuerpo. Considere comprar un libro de cocina mediterránea o disfrutar de una buena comida en un restaurante mediterráneo.
La comida para llevar
Para las personas que tienen cálculos renales o gota, podría ser necesario seguir una dieta baja en purina. Sin embargo, la mayoría de las personas pueden lograr naturalmente un equilibrio entre la cantidad de purina que toman y el ácido úrico que producen.
Si cree que una dieta baja en purinas es adecuada para usted, hable primero con su médico. También puede reunirse con un dietista registrado para ayudarlo a comenzar.