¿Cómo afecta el estrés al cuerpo?
Los médicos e investigadores han establecido un fuerte vínculo entre el estrés que una persona siente en su mente y sus efectos en su cuerpo, incluidos el estómago y los intestinos. El cuerpo está naturalmente cableado? Para responder al estrés.
Cuando te sientes ansioso, tu cerebro envía señales a tu cuerpo a través del sistema nervioso simpático. Esto se conoce como la respuesta de lucha o huida. Tu corazón se acelera, te sientes más alerta y tus músculos se tensan, listos para la acción.
Sin embargo, esta respuesta tiene la intención biológica de ayudar a una persona a huir de alguien o algo que los persigue, no por los factores estresantes cotidianos de los trabajos, los plazos, los compromisos familiares, el dinero y más.
Si su estrés está llevando a un trastorno gastrointestinal, incluyendo diarrea, hay pasos que puede tomar para sentirse mejor.
¿Cuál es el vínculo entre el estrés y la diarrea?
Los médicos han estado realizando investigaciones sobre cómo el estrés puede causar diarrea durante décadas. Uno de los estudios más famosos fue realizado por Almy y Tulin a fines de los años cuarenta. Los médicos utilizaron instrumentos especiales para medir cuánto se contrajo el colon durante situaciones estresantes, como en el tráfico y al realizar tareas mentalmente desafiantes.
En lo que no sería ético hoy, los médicos incluso les dijeron a los participantes del estudio que tenían cáncer de colon para medir su respuesta intestinal (luego les dijo que no).
Lo que descubrieron fue lo que muchas personas con estrés saben: las situaciones estresantes pueden provocar calambres intestinales. Y esto puede llevar a la diarrea.
Afortunadamente, los avances en investigación y tecnología han significado que los médicos pueden identificar con mayor precisión cómo el cerebro afecta los intestinos.
Los investigadores han descubierto que el estómago y los intestinos en realidad tienen lo que puede considerarse su propio sistema nervioso. Los médicos llaman a esto el sistema nervioso entérico. Este sistema nervioso responde a las hormonas del estrés que el cuerpo libera.
El estrés desencadena la liberación de hormonas que indican al sistema entérico que reduce la motilidad o el movimiento en el estómago y en el intestino delgado. Los médicos llaman a estas hormonas factores liberadores de corticotropina (CRF).
Sin embargo, estas mismas hormonas provocan más movimiento en el intestino grueso. Esta podría ser la respuesta del cuerpo para tratar de eliminar toxinas potencialmente dañinas en el cuerpo. Pero también tiene el efecto de hacer que tengas que ir al baño y podría provocar diarrea.
¿Cuáles son otros síntomas asociados con el estrés?
Las personas pueden experimentar los efectos físicos del estrés de diferentes maneras. Algunos siempre experimentan malestar estomacal o calambres abdominales. Otros tienen síntomas diferentes. Ejemplos de estos pueden incluir:
- perdida del apetito
- dificultad para dormir
- fatiga
- sistema inmunológico deteriorado, como contraer más resfriados
- bajos niveles de energía
- pérdida de peso
El estrés crónico puede causar problemas de salud graves y de largo plazo, como:
- enfermedad del corazón
- alta presion sanguinea
- diabetes
Estrés y condiciones intestinales.
El estrés puede tener un impacto especial en las personas con síndrome del intestino irritable (SII). Los investigadores han descubierto que las personas con SII tienen colones que son más susceptibles al estrés. Sus intestinos parecen reaccionar más rápidamente y en mayor respuesta al estrés que una persona que no tiene SII.
Las investigaciones estiman que entre el 50 y el 90 por ciento de las personas que reciben tratamiento para el SII también tienen ansiedad o depresión. Las personas con SII a menudo pueden beneficiarse de tomar medicamentos para reducir el estrés y la ansiedad.
El estrés también puede tener un efecto profundo en las personas con trastornos inflamatorios del intestino (EII), como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Debido a que estas condiciones pueden dañar los intestinos, es importante evitar los brotes siempre que sea posible.
¿Cómo tratan los médicos la diarrea causada por el estrés?
La mayoría de los tratamientos para la diarrea relacionada con el estrés implican identificar y tratar los factores estresantes subyacentes:
- Evite los alimentos que pueden contribuir más a la diarrea y la irritabilidad digestiva. Los ejemplos incluyen productos lácteos, bebidas carbonatadas y bebidas con cafeína.
- Reconocer fuentes y signos de estrés. Si experimenta un episodio de diarrea, reflexione sobre lo que estaba haciendo antes del episodio que provocó el estrés.
- Fija tus metas. Define lo que es importante en tu vida. Evalúe si hay actividades que está dedicando tiempo que no son tan importantes. Al eliminar estas cosas, es probable que pueda aumentar su tiempo de relajación y reducir el estrés.
- Aproveche cualquier tiempo libre para participar en una actividad relajante. Los ejemplos incluyen meditación, tai chi, diario, yoga, escuchar música o leer.
Una persona puede considerar temporalmente tomar medicamentos antiespasmódicos para reducir la probabilidad de que ocurra diarrea. Estos medicamentos tratan los espasmos musculares. Sin embargo, no abordarán el estrés subyacente que está causando la diarrea en primer lugar.
Además de estos tratamientos, muchas personas pueden beneficiarse de la asesoría para ayudarles a identificar nuevas formas de manejar mejor el estrés. A veces, ver a un profesional puede ayudar a una persona a identificar patrones de estrés en su vida. Un médico también puede recomendar técnicas para responder mejor al estrés y la ansiedad.
Cuando ver a un doctor
El estrés puede ser abrumador. Es importante pedir ayuda si la necesita. Consulte a su médico si:
- Está usando sustancias, como alcohol o drogas, para hacer frente a su estrés.
- Tienes pensamientos de autolesión.
- Sus episodios de diarrea relacionada con el estrés se parecen más a la norma que a la excepción.
- Los tratamientos en casa que estás tratando no están funcionando.
Si algo se siente fuera de lo común o afecta su vida diaria, hable con su médico. Las soluciones están disponibles, y pueden prevenir este problema.